Por MANUEL BELGRANO(*)
En el día de la bandera que mejor que recordar a su creador con un texto que escribió hace doscientos diez años. El presidente Alberto Fernández declaró el 2020 como el año del General Manuel Belgrano, en homenaje al prócer por los 250 años del nacimiento y 200 de su muerte.
Compartimos un párrafo de la compilación de Rafael Gagliano, texto que reviste una realidad impensada, casi profética por entonces.
«Belgrano discute acerca de qué es la riqueza, quiénes y dónde la producen.
Reconoce que ya no radica en el oro y los metales preciosos, en su acumulación y centralización en las arcas de gobiernos absolutistas o de sus prestamistas bancarios. Por el contrario, reafirma el lugar central de la tierra y el trabajo –conocimientos humanos que sobre aquella multiplica la actividad económica–, funda pueblos y establece lazos sociales donde se reconoce el territorio como propio.
Belgrano piensa al mismo tiempo y con la misma fuerza política a la sociedad y al Estado, a la tierra y a los americanos que viven en ella. Sabe que el objeto de la política es constituir buenas costumbres y su propuesta reformista y revolucionaria al mismo tiempo es una respuesta soberana para superar el aislamiento y la fragmentación social y cultural que otros llamarán desierto.
En sus Memorias del Consulado Belgrano postula una sociedad de individuos desprendidos de una organización fundada en fueros, privilegios y prerrogativas.
Confiar en una sociedad de individuos y no en una comunidad de corporaciones demandaba inteligencia y comprensión de los propios intereses de los sujetos, inscriptos en horizontes de aprendizaje. Asume actitudes exigentes en el pasaje intergeneracional de los saberes del trabajo, pero enfatiza siempre el carácter social de los conocimientos públicos: «[…] obligar a los maestros a que hayan de tener indispensablemente, uno o dos muchachos a quienes deberán enseñar el arte u oficio que ejercen; al contrario está en razón en que de algún modo retribuyan los beneficios que deben a la sociedad, y consiguen al mismo tiempo la utilidad, así en el servicio inmediato que pueden reportar de los muchachos, como en las obras que ejecutarán uno o dos años antes de salir de su poder».
(*) ABOGADO, MILITAR y PATRIOTA
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