Por MARIANO QUIROGA (*)
Un tipo quiere matar a Cristina, las redes explotan y el detox se vuelve imposible. La historia constantemente te invita hacer selfie desde el lugar de los hechos
Es jueves el celular me marca que son las 21 del primero de septiembre, por fin se acabó el infinito agosto y comenzó uno de los meses más lindos del año, nada puede malir sal. Mi cabeza pide a gritos una dosis de detox y Netflix se presenta como una opción tentadora, tengo ganas de retomar Better Call. El cerebro busca siempre distraerse dice el INDIO y yo estoy en esa, buscando mi cable a tierra, entrar en una que me aleje de todo el puto ruido.
Todo marcha relativamente bien, la serie es entretenida, todavía no estoy en la etapa donde puedo deducir que es mejor que Breaking Bad pero está entretenida y eso hoy para mi es más que suficiente. Estoy tranquilo, en un lindo trance pero me pinta el FOMO, un síndrome donde tenes la sensación de que algo te estás perdiendo y que te obliga a agarrar el celular para corroborar que todo está bien. Es un scroll rápido, puede durar dos o tres horas, no más que eso.
La sensación de FOMO esta vez tiene razón los grupos de whatsApp están estallados con la noticia del atentado a Cristina. Cuesta al principio comprenderlo, tengo una leve ilusión de que sea Fake News, me dura muy poco. El video ya es viral, el video ya es tendencia, el video ya es historia. Una de las frases que más me gustan de Rodolfo Walsh es esa que dice “¿Puedo volver al ajedrez?” Esto lo piensa cuando se entera que uno de los fusilados de Jose Leon Suarez aun esta vivo, me siento así hay una fusilada que vive, “¿Puedo volver a Netflix?” claramente no. La otra imagen que se me viene a la cabeza es el meme que dice que en Argentina nunca te aburrís.
Twitter es una caldera, las tendencias dejan a la vista la gran grieta que atraviesa a los argentinos. Por una lado los que dicen que esto está armado, por el otro los que sostenemos que esto se veía venir. Solo era cuestión de que alguien acuse recibo del Call to Action que se viene construyendo en redes sociales desde hace tiempo. Si un influencer puede influirte para que te compres una zapatilla ¿Porque no va a tener el poder de hacerte tomar la decisión de que le pegues un tiro en la cabeza a Cristina?
En estos momentos la virtualidad desaparece, este intento de magnicidio solo se puede repudiar estando en la calle. Todo el arco político convoca a un gran acto en Plaza de Mayo, los comunicados salen enseguida. Canva debe estar colapsada, los memes circulan a la orden del día, los gorilas también. El país es un caos y solo pienso lo cerca que estuvimos de que esto se vaya al carajo mal, lo lindo que seria que muchos del otro lado rompan su filtro burbuja, que nos encontremos a mitad de camino para decinos “Che, esto es un montón”
Miro el video una y otra vez pienso en la potencia del viral, en que hubiera pasado si ese disparo salia. Se me vienen imagenes a la cabeza de segundos que quedaron inmortalizados en la memoria del pueblo: Viva el cancer, Bombardeos a Plaza de Mayo, la masacre de Trelew, los vuelos de la muerte, los 30 mil compañeros desaparecidos. Imagenes en blanco y negro o a color que se encuentran facilmente por YouTube, porque para eso esta esa plataforma, para que ante la duda uno no tenga certezas de que el odio siempre fue el tranding topic de la derecha.
Pienso si esto será como el efecto COVID, esa pandemia que pasó allá lejos en el tiempo pero que nos había despertado la ilusión de que algo íbamos a cambiar como sociedad. Tener la muerte tan pegada supuestamente nos iba a volver mejores personas. No fue así, así que desestimó esa idea, se que alguno todavía anda con ganas de terminar el trabajo y si no sabe cómo ejecutar un arma solo tendrá que mirar la página 5 de Clarín ahí se explica con precisión cómo matar a Cristina y no fallar en el intento.
(*) Community Manager, Asesor en la digitalización de emprendimientos, periodista especializado en tecnología.