Por LAURA ALEJANDRA BLANCO(*)
Distanciamiento social. Aislamiento. Y un escenario propicio para recrudecer la violencia machista.
Desde el inicio de este escenario distópico, por el aislamiento social preventivo obligatorio producto de la Pandemia por Covid19, se lleva el registro de 21 femicidios desde el 20 de marzo según el registro de la Unidad Fiscal Especializada de Violencia contra las Mujeres (UFEM), el Observatorio de la Violencia de Género (OVG) y del Observatorio de La Casa del Encuentro. Una muerte cada 32 hs.
Una mujer. Una amiga. Una hija. Una madre. Una tía. Una hermana, muere cada 32 hs.
Cada día que pasa se repite la pregunta, “Hasta cuándo?”
Cada día que pasa se acrecienta la angustia y la incertidumbre de no saber cuántas mujeres están en peligro pasando esta cuarentena a merced de su opresor. Mujeres que se encuentran expuestas al peligro permanente por encontrarse encerradas con machitos violentos a quienes no los para la cuarentena ni las leyes.
Ellos continúan ejerciendo violencia de género porque se sienten impunes ante un sistema perverso y ante la justicia patriarcal. Sin embargo, el Estado no desconoce lo que sucede, cuenta con las estadísticas que indican que gran parte de los femicidios ocurren en el lugar que comparten víctima y femicida, en el propio domicilio de la víctima.
El 62% de los femicidios de los últimos 10 años ocurrieron en la casa de la mujer víctima. Es entonces que, la presencia del Estado vuelve a ser clave en el acompañamiento y manejo de esta arista de una crisis que no puede cobrarse más víctimas.
Desde el Ministerio de Mujeres, Géneros y Diversidad se abrieron mayores canales de denuncia, además del 144, por mail a la dirección linea144@mingeneros.gob.ar, por whatsapp al 1127716463 / 1127759047 / 1127759048. También empezó a funcionar la campaña #BarbijoRojo, el Ministerio de Mujeres, Géneros y Diversidad de la Nación y la Confederación Farmacéutica Argentina (COFA) anunciaron a partir del 1° de abril, que las personas en situación de violencia por motivos de género podrían acercarse a la farmacia de su barrio o llamar a la de confianza a solicitar un barbijo rojo. Al hacerlo, el personal comprenderá que está pidiendo ayuda y gestionará una comunicación al 144.
Es importante aclarar que si la persona tiene que hacer la denuncia no viola la cuarentena obligatoria si sale de su casa, más allá de la posibilidad de llamar al 911, 137 o, al 144”. A partir del 20 de abril, mediante la decisión administrativa 524/20, que declara nuevas actividades esenciales, también se abrirán los establecimientos para la atención de víctimas de violencia de género.
Pero todo lo antes expuesto, no es suficiente. Resta mucho por hacer. Desde el Estado aún no se construyeron los refugios necesarios para trasladar a espacios seguros a las víctimas. Hoy, los 120 establecimientos en el país que dependen de provincias, municipios u ONG son insuficientes, más allá del peligro de contagio del virus, para alojar a quienes, en tiempo de confinamiento, necesitan escapar del sometimiento y las amenazas agravadas no pocas veces, por el consumo de alcohol o drogas, por parte del agresor.
También el Estado debe llegar al territorio, allí donde el alcance de las políticas públicas es desigual, allí donde sabemos que, el acceso a la información y a los medios digitales, se convierten en un privilegio de clase. Más allá que existan organizaciones y movimientos sociales y feministas presentes, el presupuesto para mejorar las condiciones y controlar la situación, debe ser aportado por el Estado.
Sería muy importante que teniendo en cuenta este contexto, se pueda avanzar y garantizar un presupuesto y recursos específicos para abordar la violencia de género como pandemia dentro de la pandemia vale decir que, dentro de las medidas que hoy se están tomando por la emergencia sanitaria por coronavirus, haya presupuesto y políticas públicas específicas para prevenir, sancionar y erradicar la violencia hacia las mujeres, como propone la legisladora porteña Laura Velasco, de Somos Ciudad en el Frente de Todos ya que, en esta coyuntura de pandemia sanitaria y aislamiento obligatorio, la emergencia dentro de una emergencia cuenta con mucho más sentido y posibilidad de respaldo.
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Profesora de Educación Preescolar y Jardín Maternal, Profesora de Enseñanza Primaria, Profesora de Educación Primaria de Jóvenes Adolescentes y Adultos, Especialista Superior en Nuevas Tecnologías y Comunicación, Especialista en Pedagogía y Educación en los Derechos Humanos