(*Verónica Zapata) Se conoció recientemente la candidatura de la autoproclamada presidenta de Bolivia, Jeanine Áñez como candidata presidencial en las próximas elecciones del 3 de Mayo en el país andino. El alcalde de La paz, Luis Revilla, quién jugó un importante papel durante el golpe, sería su acompañante como vicepresidente por la alianza “Juntos”. Áñez sostuvo: “Querida familia boliviana, he tomado la decisión de presentarme como candidata para las elecciones nacionales. Hemos logrado construir una gran alianza”.
Luego de conocida la noticia, salieron al cruce diferentes candidatos golpistas de su estirpe a criticarla por su decisión de presentarse como candidata a la presidencia. Recordemos que cuando asumió como autoproclamada presidenta con una biblia en la mano y con un militar colocándole la banda presidencial, afirmó que nunca fue su intención ser presidenta de Bolivia, y que formaría parte de un gobierno de transición que tenía como única función vehiculizar las elecciones generales. Desde entonces, observamos como el gobierno de facto se toma otras atribuciones y ejecuta medidas económicas, políticas, y sociales que están quebrando la estabilidad económica de Bolivia reconocida a nivel internacional, que supo conquistar con mucho esfuerzo el gobierno de Evo Morales. La estabilidad política y social en la que vivió el pueblo boliviano durante 14 años de proceso de cambio, ha sido totalmente destruida dejando un saldo hasta la fecha de 36 muertos, más de 800 heridos y más de 1000 detenidos, según la C.I.D.H.
Por otro lado, el ex presidente Paz Zamora sostuvo en su cuenta: “Que pena señora Jeanine, ahora quién nos va a creer que esto no fue un golpe de estado”, y continuo: “Si Áñez se declara candidata, nos tumba el argumento moral contra la idea del golpe de estado en el extranjero. Dirán que lo que se buscaba era la toma del poder”. Ante el pedido de renuncia del jefe de las Fuerzas Amadas bolivianas a Evo Morales, no han quedado dudas de que lo que sucedió en Bolivia contra el ex mandatario fue un golpe de estado. El mismo derechista Zamora sostiene que no tienen argumentos para sostener lo contrario ante el mundo.
Fernando Camacho, ex presidente del Comité Pro Santa Cruz, es el líder de la ultraderecha fascista y golpista boliviana, quien confesó que fue quién se ocupo de alinear a los policías y militares para dar el golpe de estado. Sostuvo frente al accionar de Áñez: “La verdad, a mi me parece poco ético”. Camacho dio lugar para que Áñez asuma como autoproclamada presidenta del gobierno de facto, pero no imaginó nunca competir en las urnas con quién ayudó a asumir en ese lugar. Camacho será candidato junto a Marcos Pumari, por la alianza “Creemos Bolivia”. Pumari fue quien encabezó las protestas contra la industrialización del litio en Potosí que llevaba adelante durante su gobierno, Evo Morales.
Por otro lado, Carlos Mesa candidato de Unidad Ciudadana, partido derrotado en las urnas el 2019 por el M.A.S. y volverá a postularse, explicó: “Ella no ha sido nombrada para proponerse como candidata a la presidencia del país”, sino que recibió el encargo de vehiculizar las elecciones. Aún no se conoce si Gustavo Pedraza acompañará como vicepresidente.
El empresario de derecha, Samuel Doria Medina opinó: “Me inquieta lo que pase con los vocales electorales que fueron elegidos por ella”, sostuvo. Siguió: “Lastimosamente ella va a hacer todo lo que hemos criticado a Evo Morales”, aludiendo al uso del aparato estatal para campaña. Sin embargo, la derecha en Bolivia siempre ha manejado el monopolio de medios de comunicación a su antojo y así han logrado manipular el sentido común de una gran parte del pueblo boliviano que apoyó el golpe de estado, y pensó que este sería un cambio positivo para la vida de las y los bolivianos. Ese sector hoy observa como una derecha que se vendió como algo “nuevo” o “renovador” en nombre de Dios, la Democracia y la Libertad dieron un golpe de estado violento digitalizado y financiado por la Casa Blanca con el fin de tomar el gobierno por la fuerza mediante la masacre del pueblo boliviano. Nuevamente planean saquear y quebrar Bolivia como lo han hecho en el pasado. Nos encontramos con un gobierno de facto integrado por la oligarquía boliviana y por apellidos de quienes en el pasado ya han gobernado Bolivia en tiempos neoliberales y durante las dictaduras militares. Bolivia pudo recuperarse del saqueo al que fue sometida en el pasado por estos personajes siniestros cuando Morales asumió el poder en el 2006, y puso al país en el primer puesto de crecimiento económico de toda la región con indicadores macroeconómicos insuperables en América del Sur.
A su vez, Evo Morales sostuvo en referencia a la candidatura de Áñez: “Es su derecho, así como de Camacho también” y añadió: “Esperamos que como gobierno de facto de la dictadura pueda garantizar elecciones limpias, transparentes y sanas”. Por el M.A.S.- I.P.S.P. se confirmo el binomio Arce- Coquehuanca que tienen el apoyo de todo el pueblo boliviano y del pacto de unidad. Las diferentes encuestas, otra vez, como en el 2019 dan por ganador al M.A.S. Al respecto, Morales señalo en su cuenta de Twitter que quienes competirán contra el Movimiento al Socialismo en las próximas elecciones son “partidos reciclados que viene del gonismo, banzerismo y falangismo” y que “sin traición, ni división derrotaremos nuevamente el neoliberalismo”.
Por su parte, el Tribunal Supremo Electoral de Bolivia anunció que el 3 de febrero es la fecha límite para la inscripción de los partidos políticos con sus respectivos candidatos. Todas las alianzas mencionados ya se inscribieron, a ellos se sumaron Tuto Quiroga, ex vicepresidente de Hugo Banzer, el dictador boliviano de los años 70 y ex delegado ante la comunidad internacional del gobierno de facto de Áñez, designación a la que renunció. Jugó un rol fundamental durante el golpe al gobierno de Morales desde E.E.U.U. donde residió los últimos años, será candidato presidencial por “Libre 21”. Se desconoce el nombre de su acompañante de fórmula. Otra alianza es “Pueblo Unido”, un partido que también se inscribió, formado por el Partido Demócrata Cristiano (P.D.C.) y el Movimiento Ciudadano San Felipe de Austria (M.C.S.F.A.).
Bolivia vive hoy un contexto de persecución política y censura de extrema gravedad hacia periodistas y dirigentes por parte del golpismo, y en el que pretende llevar adelante las elecciones generales, por lo que se percibe que muy difícilmente puedan caracterizarse de competitivas, limpias y transparentes.
*Verónica Zapata. Periodista y Psicóloga boliviana.