estudio realizado por Julia Strada, Hernán Letcher, Magdalena Rua y Lucio Garriga Olmo del C.E.P.A. , hablamos con este ultimo.
Este informe nació a partir de la búsqueda de experiencias similares al debate argentino de las últimas semanas, y se encontró con países vecinos y también con casos testigo de Europa donde se plantea la discusión. La propuesta de impuestos a las grandes riquezas no es exclusividad argentina: en distintos países de Europa y de América Latina existen propuestas que avanzan en una mayor justicia tributaria, apuntando a recaudar más de parte de quienes más poseen. Hay cinco países europeos donde el gravamen a los altos patrimonios forma parte del debate público en el marco de la pandemia de Covid-19 y hay otros seis países de América del Sur donde se registran propuestas en el mismo sentido.
Los casos donde los oficialismos han planteado el tributo a los grandes patrimonios corresponden a España –el sector de Podemos que integra la alianza de gobierno— y a Rusia, donde la idea fue mencionada por el propio Putin.
También la historia tiene ejemplos de tributos en épocas especiales, como en 1815 San Martin. Es dable recordar la experiencia similar, ocurrida hace más de dos siglos atrás y protagonizada por el prócer máximo de la Argentina, el misionero José de San Martín. En 1815 el futuro Libertador impuso un gravamen de 4 reales por cada 1.000 pesos de capital individual de cada miembro de la élite cuyana.
En “Nueva historia del cruce de los Andes” (Aguilar, 2011) explicaba qué San Martín instauró un “estado recaudador” bajo un estricto control social garantizado por las tropas del ejército y un férreo sistema de vigilancia de la población. “Son tiempos de revolución”, justificaba San Martín.
También se hablo de la correlacion de fuerzas, necesaria para sacar una ley y hasta del sistema tributario argentino, regresivo a todas luces.