El 30 de abril de 1977 un grupo de mujeres, convocadas por Azucena Villaflor, se reunió en la Plaza de Mayo para reclamar por sus hijos que se encontraban desaparecidos. Un policía, les dijo que no podían quedarse quietas allí reunidas. Fue entonces empezaron a marchar alrededor de la Pirámide de Mayo.
Mujeres provenientes de distintos lugares de la Ciudad de Buenos Aires y el conurbano bonaerense llegaron el 30 de abril de 1977 a la Plaza de Mayo. Se fueron juntando para pedirle una audiencia al presidente de facto, Jorge Rafael Videla, para que responda sobre la desaparición de sus hijos.
Como la dictadura prohibia las reuniones la policía les ordenó moverse. Fue entonces que empezaron a caminar y dar vueltas en la plaza. Ese día empezaron las rondas de las Madres de Plaza de Mayo.
Azucena Villaflor, una de las convocantes de aquella jornada y luego fundadoras de Madres de Plaza de Mayo, fue fundamental en la organización de ese grupo de mujeres que dejaron la cocina, el cuidado de sus otres hijes, el lugar impuesto del hogar, para salir a la calle. Para exigir, para reclamar, para hacer justicia.
Lamentablemente a Azucena se la llevaron muy pronto los mismos asesinos que se llevaron a su hijo.
Sin embargo esas mujeres inigualables, “locas” como les decían, no dieron el brazo a torcer. Ese día iniciaron un camino que no tuvo vuelta atrás. La lucha por la memoria, la verdad y la justicia que comenzó ese 30 de abril no cesó jamás. Desde entonces y para siempre, el pueblo las abraza.