Por Redacción
Que mejor que un grande hable de él y nos deje una exquisita definición; escribió Osvaldo Bayer:
“Por eso hablemos de alguien que fue cubierto por el silencio “democrático”de diciembre de 1983. Un oculto. Santucho. Un nombre que en los 60 y 70 se pronunciaba con algo de temerosa curiosidad, de desconfiada admiración. Un desconocido de cuya existencia todos sabíamos, pero del cual ignorábamos mucho. O tal vez queríamos ignorar para no dejarnos seducir por esa vocación última de querer transformar a un continente condenado a la desesperanza. Un hombre nuevo con todos los defectos y la atracción de los que no saben esperar, que urgen, porque temen precisamente que la desesperanza haya horadado definitivamente en los pueblos. Un tema absolutamente tabú, que los militares se propusieron hacer desaparecer y que luego de 1983 los políticos e intelectuales del establishment intentaron demonizar”. El ser humano Santucho estará presente en nuestra historia con sus errores y sus pasiones. Sus profundos errores y sus profundas pasiones. Bastará compararlo, como decíamos, con sus verdugos Videla o Massera o incluso con su polo opuesto, Firmenich, para comenzar a medirlo como luchador y ser humano. El estudio de su figura va a ayudar mucho a terminar con la mentirosa, amilanada y mezquina teoría de los dos demonios”
Y lo define como “la línea recta en el laberinto argentino”
Bueno MARIO ROBERTO SANTUCHO, también escribió, acá te dejamos un texto suyo