De JORGE ELBAUM
“¿Dónde estaban las mujeres del Cordobazo?”, se preguntó la periodista y fotógrafa Bibiana Fulchieri y lo que surgió fue un libro que visibiliza la participación de las mujeres en las luchas sociales y políticas en los años 60 y 70, en Córdoba. La obra desnuda la ideología patriarcal y dominante de una época poniendo luz en los recortes de la historia oficial.
Hoy las mujeres llevan la bandera. Su luz es su fuerza. Las mujeres caminan la Patria aunque las fotos sean habitualmente cortadas. Se las privó durante décadas de esa primera fila que realmente ocupaban. Van del brazo de compañeros que hoy aprendemos la potencialidad estructural de de una sociedad sin patriarcado. Tosco guía sin narcisismo y con paso de honestidad sindical. Difunde el eco de las calles sublevadas. Trae con él una marea que le saca la lengua al privilegio. Laburantes y estudiantes aliados en la imagen urbana de un 29 de mayo de 1969 cuya foto fue partida para obviar a al mitad del mundo. Instantánea de una Patria todavía no crecida del todo, pero con acumulación de ejemplos históricos disponibles para seguir desafiando a los poderosos. Agustín como Escuela vital. Como pedagogìa para criar hijxs. Cómo super-héroe real frente al tergiversado vaivén de los Hollywood repetidos. Un tipo en mameluco armado de convicciones éticas y de integridad cotidiana que puede asemejarse a un abrazo profundo e indeleble. A su lado, las compañeras avanzan. Incluso desde antes de que seamos capaces de verlas. Sus cuerpos son la representación altiva de una vida que también muestra futuros. Que nos costó ver porque teníamos los ojos cerrados. Son las más lindas. Las que saben pelear. Fuegos incandescentes con blindaje de barricada y ternura solidaria. Palabras limpias hechas consigna. Nos señalan con razón. También ellas son el resguardo de este amor que nos obligaron a que sea clandestino. Ese amor que no arruga ni siquiera ante las charreteras. Ellas son la calle del encuentro. Presencias en las miradas de un tiempo que no estamos dispuestos a olvidar aunque vengan a degüello. Quizás todo sea más lento de lo que soñamos. Pero crece –imperceptible— tanto en la hendidura de un beso como en el registro de estas memorias con futuro. Vienen de un lugar irredento. Por eso perviven. Son el canto de Todxs. jne ( del muro de Facebook de mi amigo JORGE ELBAUM)